25 feb 2014

Whole Kitchen en su Propuesto Dulce para el mes de febrero nos invita a preparar un clásico de la cocina británica: Bread and Butter Pudding

bread and butter pudding


No sabéis lo contenta que me puse al ver la propuesta dulce de este mes. La del mes pasado me encantó, pero esta no ha sido menos, y es que el Bread and Butter pudding o Puding de pan y mantequilla es una receta deliciosa.

Uno de los grandes clásicos en los hogares británicos, y uno de los postres más típicos en todos los restaurantes. Es un postre sencillo, nada caro, lo podemos comer después de comer o desayunando, lo podemos hacer con los recursos que más al abasto tenemos, por que básicamente, es eso, pan mantequilla y unas natillas simples, aromatizado como cada uno guste.

Se origina en el S XVII, derivado de otro postre inglés: el bread pudding, considerado la versión de lujo para grandes ocasiones.

El bread and butter pudding se consideraba un postre para gente de pocos recursos, ya que se aprovechaba el pan duro, a medida que la clase media tuvo acceso a huevos, leche, mantequilla , pasas y azúcar, el postre se fue sofisticando.

Hoy en día existen muchas variedades de este postre, se puede preparar con pan duro o con versiones de bollería como croissants, bricoles o pan de molde. Se les puede añadir fruta fresca, mermelada, frutos secos, chocolate,etc, además de pasas que es la versión original. Y ahora vamos con la receta.


Bread & Butter pudding con chocolate y almendras

Ingredientes:


  • 9 o 10 rebanadas de pan de molde blanco
  • 50 grs de mantequilla a temperatura ambiente
  • 100 grs de chips de chocolate
  • 50 grs de almendras fileteadas
  • 1/4 cucharadita de nuez moscada
  • 1 cucharadita de canela
  • 300 ml de leche
  • 100 ml de nata para montar
  • 2 huevos
  • 20 grs de azúcar
  • 1 cucharadita de vainilla
  • 2 cucharaditas de azúcar moreno

Engrasamos un molde rectangular con mantequilla, tanto el fondo como los laterales. Precalentamos el horno a 180º C. Cortamos la corteza al pan de molde, o lo compramos sin corteza. Untamos de mantequilla un lado de las rebanadas y los cortamos por la mitad o si el molde es pequeño las cortamos en cuartos. Reservamos.





Hacemos las natillas. Calentamos la leche y la nata sin que llegue a hervir. En un bol batimos los huevos con el azúcar y la vainilla hasta que blanquee. Vamos echando gradualmente la leche y la nata en los huevos batidos y seguimos batiendo. No esperemos a que espese, por que no lo hará, eso ya pasará en el horno.

Cogemos los cuartos de pan y vamos montando una capa de manera solapada, de manera que tape toda la base del molde. Añadimos unos pocos chips de chocolate, un poco de almendra, un poco de nuez moscada y  canela. Echamos la tercera parte de las natillas, mirando que cubra bien el pan, sobretodo los lados que pueden quedar secos.




Lo hacemos 3 veces y en la capa final encima del baño de natillas colocamos el azúcar moreno.




Horneamos durante unos 40-45 minutos. La superficie deben de estar dorada y todo cuajado.





Se puede comer frío, pero a mi me gusta comerlo calentito o al menos templado que la da una textura más blandita.


18 feb 2014

Whole Kitchen en su Propuesta Salada para el mes de febrero nos invita a preparar un clásico de la cocina francesa: Boeuf Bourguignon

Boeuf Bourguignon



El boeuf bourguignon es un plato cuyo origen proviene de la región francesa de la Borgoña. Es un estofado de buey, muy reconocido por su sabor y por la poca grasa que el  buey de la raza Charolais le da al plato.

Normalmente este plato se cocinaba en dos días, acompañado de un bouquet garni y de un buen vino de borgoña, así el guiso quedaba impregnado de estos aromas.

A finales de agosto se celebra en Borgoña la fiesta de Charolais, donde es uno de los platos estrella, y se ha hecho conocido por todo el mundo como uno de los grandes platos de la cocina francesa.

La receta original lleva champiñones, yo no le he echado simplemente por que no son de mi agrado.


Ingredientes para 2 personas:

  • 500 grs de carne de ternera lo más tierna posible
  • 350 ml de vino tinto
  • 1 cebolla
  • 1 zanahoria
  • 1 diente de ajo
  • tomillo
  • romero
  • 1 hoja de laurel
  • 125 grs de panceta
  • 1 cucharada sopera de harina
  • 15 grs de mantequilla
  • 500 ml de caldo de carne
  • 100 grs de cebollitas francesas
  • 1 cucharada sopera de tomate concentrado
  • aceite de oliva
  • sal y pimienta
En un bol poner la carne cortada en trozos iguales, el vino, la zanahoria en rodajas, la cebolla picada, el diente de ajoel tomillo, el romero, y el laurel. Lo tapamos todo con papel film y dejamos macerar una noche entera. Sacamos la carne ya marinada. Secamos con un papel de cocina. Colamos el líquido, reservándolo junto a los vegetales.

En una olla echamos el aceite hasta cubrir ligeramente el fondo. Sofreímos la panceta durante 5 minutos sin que se queme. Reservamos.  Añadimos la carne y sofreímos durante unos 5 minutos. La pasamos al plato donde estaba la panceta. Añadimos los vegetales y cocinamos a fuego medio durante unos 10 minutos, hasta que estén un poco blandos. Echamos la harina y le damos unas vueltas hasta que se cueza un poco. Vertemos poco a poco la marinada removiendo constantemente. Añadimos el tomate concentrado. Echamos la carne y la panceta. Salpimentamos al gusto. Reducimos el fuego y dejamos cocinar durante dos horas y media o hasta que la carne esté casi blanda.

Mientras es un una sartén, echamos la mantequilla para sofreír las cebollitas francesas ya cortadas. Saltearlas hasta que estén doraditas. Añadirlas a la olla con la carne. Cubrimos y seguimos cocinando durante una hora más, añadiéndole el caldo de carne poco a poco en tandas, para que la carne quede cubierta siempre por el líquido. Estará listo cuando la carne esté bien tierna.

Podemos acompañar este guiso con un arroz largo, como el arroz basmati o un arroz salvaje. También podemos hacer un puré de patatas casero que quedará genial con este plato. Aunque este guiso tiene un sabor tan intenso que por si solo ya es maravilloso.




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